Ortega
y Gasset. España invertebrada. El filósofo no acierta. Algunas de sus
reflexiones son excelentes, qué duda cabe. Sin embargo, el diagnóstico
no es correcto. A pesar de los problemas militar, regional, social y
político que han asolado el desarrollo de nuestro país, España mantiene
su esqueleto arquitectónico. Que sufra algunas hernias discales e
incluso una desviación del eje de la columna, no lo discuto. Pero
vertebrada, España lo está, y bien, pues a pesar de los porrazos
malintencionados que recibe y de los golpes involuntarios que le
propinamos, ahí la tienen, fresca, firme, tersa y segura. Cosa distinta
es la continuidad del esfuerzo. Al paso que vamos, el país necesitará
una revisión de toda su osamenta y de la musculatura entera.
Cuando
escucho a Rubalcaba su discurso de vertebrar España a través del
proyecto socialista, me rechinan los dientes y me muerdo la lengua. El
Psoe nunca ha querido una España homogénea en la que la organización
partidista constituya un elemento de sujeción del Estado. Es falso.
Incluso Indalecio Prieto, decidido defensor del nacionalismo español,
entendía que la unidad del país pasaba por la fortaleza de su partido.
No al revés. Es el indicativo de las prioridades de ciertos grupos
políticos. La realidad coloca el contrapunto preciso a los mensajes
demagógicos del actual jefe de la Oposición. El problema separatista que
aflige a España se acrecienta por la tozuda composición coyunturalista
de la formación de Pablo Iglesias. Las palabras de Pere Navarro, las
prédicas institucionales de Montilla y Chacón, la miserable declaración
del expresidente Zapatero, los silencios cómplices de la cúpula
psoecialista, las veleidades ideológicas de los Patxi López y un sinfín
de mostraciones candentes, retratan el paisaje, mitad nevado, mitad
quemado, de la tierra de Don Alfredo.
De
ahí sus palabras: "recuperar una voz que resuene fuerte y se
identifique con el PSOE" en todos los territorios de España. Recuperar,
dice. Lo que significa que la ha perdido. La pérdida no ha sido un mero
extravío, sino un intencionado ánimo de abandonar objetos no deseados.
En estos momentos, persigue fortalecer el municipalismo porque los
electores del Pp se inclinan por la contención de gastos. Porca miseria.
Cada idea que lanzan, cada rumor que propagan, cada bulo que difunden,
excavan la agotada fuente de la verdad.
No
es necesario que Rubalcaba vertebre a España. Basta con que ponga orden
en su propio partido con la finalidad de que las mancuernas de su poder
se utilicen para la mejora general del organismo y no para lanzarlas
contra su médula espinal. A veces, cuando los huesos son resistentes,
los malvados atacan al sistema nervioso, siempre más frágil y más
propenso a los ataques.
Para vertebradores como éstos, digo como el del chiste: virgencita, que España se quede como está.
Un saludo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario