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domingo, 28 de octubre de 2012

LA TROCHA

A campo traviesa. No crean que me refiero a quien dice o hace trocherías, que el diccionario de la real academia ni siquiera contempla. La trocha es el camino que se abre entre la maleza para llegar antes por la ruta más corta. El atajo es la trocha.

La Izquierda plural es la trocha política. Como el éxito ciudadano le es esquivo, la izquierda plural busca en la calle amenazante el protagonismo que la urna les niega. En vez de ponerse al lado de los más desfavorecidos, se colocan junto a los más violentos y desesperados. Violencia y desesperación que parte de su propia naturaleza belicosa y que encuentra, en la crisis maligna, la coartada para dar rienda suelta a sus frustraciones y represiones.

La izquierda plural se va a manifestar junto a los que persiguen, de nuevo, rodear el Congreso de los Diputados. Los políticos de este grupo actúan como el escorpión, que, en el círculo de fuego de su impiedad, se clavan el aguijón en la soberanía de la institución a la que dicen representar. No es posible una cochambre mayor que apostatar del voto electoral para entrar en la iglesia del oportunismo mediático.

La trocha de los trochos. La trochería de los incapaces. La sinrazón del radical sin causa. Si quieren rodear el Congreso, presenten su dimisión y pidan perdón a su electorado por no defender la democracia legal que prometieron. Otros vendrán de su partido político que, con gusto, ocuparan sus escaños. Lo que es inadmisible es que estos señores se arroguen el don de la ubicuidad inmoral que supone ser una cosa y, al tiempo, la contraria. Si quieres rodear al Congreso, fuera de la Cámara. Poner una vela al dios del pueblo y otra al demonio de los indignados de turno, es propio de majaderos y/o de inmorales.

Estos políticos que se dicen de izquierdas suelen tener la cara más dura y el perfil más difuminado que los que se alinean en posiciones de derecha. No digo que sean más golfos. Simplemente que uno sabe a qué atenerse con éstos y desconoce por dónde te la van a clavar los tahúres de la dizque izquierda.

Con este tipo de gente, mucho cuidado. Son como el Bruto que asesinó a tito César y luego reciben el pésame por la muerte del pariente.  Mucho ojo.

Un saludo.

sábado, 27 de octubre de 2012

LA COIMA EN RIVAS VACIA SEVILLA


Pues parece ser que sí. Que los jerifaltes de la Consejería de Empleo van a ir pasando bajo el arco triunfal de la justicia. El señor Rivas, que fue delegado de este negocio juntero, ha sido declarado culpable por el jurado popular del caso Mercasevilla, que el que no trincó perdió su silla.

Lo de la coima y la mordida son actos de pura fantasía. El jurado popular no se ha creído la versión del otrora poderoso Rivas y, por ocho votos contra uno, ha terminado con la presunción de inocencia del amigo de Viera. Tarde pero seguro. El cohecho y las comisiones ilícitas están tipificados. Las conversaciones grabadas han sido legales. La cantidad apropiada se aleja de una bagatela. Casi medio millón de euracos es una cifra que daría de comer a no sé cuantas familias pobres de la región.

Ahora que recurran. Muy bien. Es su derecho. Que culpen al Pafrtido Popular. Nada, para eso han quedado los psoecialistas. En la comunidad del paro superlativo, los jefezuelos del Empleo llaman petenera a su alegría. Paradojas del lenguaje y de la política. Cosa fina. Griñán, mandatodo y limpiodenada, calla. Mudo el todavía presidente andaluz. Tan silencioso como Felipe cuando Barrionuevo y Vera entraron por la puerta de la cárcel. La cosa no iba con él pero él se solidarizaba con sus compañeros de juergas galeras.

La Unta/Junta de Andalucía anda pringada en manteca. En realidad, los pringados somos los andaluces. Nos la meten doblada y les damos las gracias por acordarse de nosotros. Receptores de coimas y barandas mordedores. Muchos de ellos se alimentan de la Unta de Jandalucía. Chiquitines. Juguetones.

Sevilla se vacía. Mercando que es gerundio. Rivas, que no duque. Delegado del Paro, digo del Empleo. En qué estaré pensando.

Un saludo.

viernes, 26 de octubre de 2012

RECAPITULAR


Es tiempo de recordar con orden lo que se ha manifestado y se ha hecho.  Incluso es tiempo de pedir cuentas y de reprender a más de uno. Llamar a capítulo. Desde Rajoy al ciudadano más sencillo de este país. Qué se está haciendo mal y qué estamos consintiendo  para que el mal se propague como fuego por pajar seco.

Recapitular. Cómo puede explicar el presidente del gobierno el incumplimiento masivo de sus promesas electorales. De qué manera Basagoiti se aferra al puente de mando del Pp en Euskadi después de la derrota electoral de su candidatura en comparación con la que, años atrás, liderara Mayor Oreja. En qué parámetros referenciará el victorioso Feijoo su triunfo electoral gallego si ha perdido más de cien mil votos respectos a las últimas autonómicas.

Recapitular. Pregunto: demostrará Rubalcaba dignidad si atiende, por un momento, la dimensión de su derrota en el País Vasco y en Galicia; dimitirán los Pachis, Vázquez y López, tras el descalabro del psoecialismo;  Elena Valenciano se subirá al carro de Chacón para izar la bandera del independentismo que ya ondea en Cataluña; se irá Griñán por la puerta que nunca debió traspasar a causa del enésimo escándalo de Invercaria, de la rebaja a bono basura de  su calificación crediticia y del ominoso puesto del ránking educativo de Andalucía.

Recapitular. La calle o la ciudad. La ciudad o la provincia. La provincia o la región. La región o el estado plurinacional. El estado plurinacional o la dinamita macabra. No se ha de desdeñar el papel de lo local cuando la calidad de lo estatal se muestra lejana y al alcance de unos pocos. La propaganda dice que, a efectos prácticos, la mejor tienda de mi calle es la más visitada del mundo. Acaso porque no hay otra, acaso porque de haberla no se vende como la primera. El referéndum nacionalista catalán que preconiza el movimiento separatista de aquella región puede ser decisivo por más que se declare manifiestamente ilegal.

Recapitular. Por qué Rajoy no se adelanta, por una vez, a los acontecimientos y convoca un plebiscito estatal a fin de que los españoles manifiesten su voluntad de mantener unida a España entera. Por qué.

Recapitular. Por qué el Gobierno no se saca los colores y ejerce su capacidad de autocrítica para desfacer entuertos y para llevar la nave al puerto que se pretende. Por qué.

Recapitular. Sobre tantas cosas. Recapitule la clase política y recapitulemos los ciudadanos. Nos vendrá bien a todos y, de manera singular, al país. A España.

YO ME CREÍA…


El ex ministro Sebastián, de la troupe zapateril, ha declarado en un  medio televisivo nacional que él se creía que… Se creía. No tenía certeza y apuntaló su política en sus creencias. Es la fe del carbonero cuando el carbonero está sucio por razones distintas al contacto con la veta hullera. Se creía, qué risa marialuisa.

El infantil Zapatero se rodeó de un gabinete de ineptos que cojeaban por el norte, renqueaban por el sur, cobraban por el oriente y ponían el cazo por el Atlántico. Preparados e inteligentes, casi ninguno. Listos, todos. Pillos y sabihondos, a disputar el cetro. No se enteraron de la crisis de 2006 ni de 2007 ni de 2008 ni de 2009. El albañil más modesto, el arquitecto más solicitado, el director de banco más provinciano, el distribuidor de materiales de construcción más neófito y todo el mundo empresarial sabían, desde entonces, la debacle que se avecinaba. El Gobierno de Zapatero seguía instalado en la nube de la vergüenza profesional. Se creían.

Miguel Sebastián, que iba de progre sin corbata, dice que él creía que la banca española formaba un sistema financiero impecable, digno de encomio y sujeto de admiración por sus colegas de otros países del mundo mundial. Como Zapatero situaba a nuestro país en la liga de campeones, el cómplice de la necedad mantenía el dedo mirando al sol. El ilustre cabecilla de la estupidez gobernante no ha reparado en atribuir al cacique imperial José Blanco, –Pepiño, el del caso Dorribo, ya me entienden- la frase de “con los bancos hay que tener paciencia infinita”. De esta manera, el esclarecido prócer psoecialista se contradice. Cómo va a creerse la grandeza de la banca española  si estaba alertado por la superioridad de lo que había que hacer/decir sobre nuestro sistema financiero.

Se creía. En ninguna empresa que se precie, un directivo puede actuar en base a lo que él se cree. O fundamenta sus decisiones en hechos y derechos indiscutidos o lo ponen en la calle al menor atisbo de intuición malograda. Ya en 2009, el señor Sebastián refería en el mismo medio que la banca “ha sido la causante de la crisis” y que “al gobierno se le está acabando la paciencia con la banca”. Tipos con este rostro los habrá por miles. Ministros con este descaro, sólo unos pocos. La mayoría formaba parte del holding político de Zapatero. No es casualidad. Su compromiso de distribuir veinte millones de bombillas dentro de su plan de ahorro energético constituye una oda desgraciada al desgobierno de España. Bombillas apagadas e inservibles. Una metáfora en toda regla.

Miguel Sebastián me recuerda a algunos mitómanos. Miente tan compulsivamente que llega a creerse sus propias mentiras. No es un mentiroso normal. Trata de impresionar. El problema no se instala sólo en la falsedad. No. El problema reside en que la falsedad invita a pensar que el embuste declarado es de más nefastas consecuencias que el que intenta ocultar.

Se creía. Sin embargo, millones de españoles estábamos convencidos del desastre. Y el desastre llegó. No es que nos lo creamos o no. Es que vivimos bajo los efectos de esa hecatombe propiciada por ministros como Sebastián y presidentes como Zapatero. Para llorar.

Un saludo.

jueves, 25 de octubre de 2012

VARAS Y VARILLAS


Lo de Comisiones Obreras es para comer aparte. El sindicato más glorioso que ha producido el movimiento obrero está echando a perder su bien ganado prestigio a manos de no sé qué bastardos intereses de su cúpula directiva. Nacido en pleno franquismo, el sindicato de Marcelino Camacho ha entrado en un callejón sin  salida y está preso de las arenas movedizas de su ambición empresarial. El sindicato que defiende al trabajador frente a la explotación de la empresa se ha convertido en una empresa con denominación sindical para romper con la propia historia de los héroes, sí los héroes, que lo fundaron.

Toxo es el último eslabón de una cadena de secretarios generales que han vendido su alma sindical al patrón del partido socialista y que han preferido crear un holding antes que poner su estructura al servicio de los obreros. Sic transit gloria mundi. La coalición con Méndez, líder máximo de la correa de transmisión del psoecialismo más grosero, es la puntilla a su credibilidad. Montarle dos huelgas generales a Rajoy en el plazo de diez meses de gobierno, tiene miga. Miga y mucha mala leche. Dos huelgas generales a sabiendas de la herencia recibida por Mariano y, sobre todo, desde la seguridad de que este legado ha venido emponzoñado por sus causahabientes, el muy ilustre Zapatero y su no menos delfín faisánico, el señor Rubalcaba.

En tanto en el estado español cometen tropelías de esta guisa para reventar a la derecha, en Cataluña se meten el rabo entre las patas y adulan la excesiva política de recortes de Artur Mas. En cuanto a Andalucía, qué les voy a contar. Sus homónimos, Psoe e Iu, dominan las riendas de la covacha gubernamental. En consecuencia, aquí paz y mañana gloria. Los recortes de Griñán y de Valderas son determinados por Rajoy. La corrupción de las instituciones es resultado de la maldad de Rajoy. La sanidad y la educación públicas se venden como entregas felonas al sector privado. La Junta permanece indemne. Se necesita tener poca vergüenza.

Les cito el caso de Huelva. El hospital “Juan Ramón Jiménez” revela la podredumbre moral de esta Junta y la catadura agrimensora de Comisiones Obreras. En el centro sanitario se acumulan camas averiadas en los pasillos de acceso a los vestuarios. De producirse una emergencia, el protocolo de evacuación se agrietaría por todas partes. Con ser verdad estos hechos, CC.OO. silencia los recortes acometidos por la consejera de Salud y sus adláteres provinciales. Cómo es posible que no se manifiesten en las calles con similar ímpetu al que muestran cuando de zaherir al Pp se trata. Su vara de medir no es de este mundo sindical. Se trata de una varilla de laboratorio que se usa para medir el nivel de las subvenciones recibidas de la Junta andaluza. Como quiera que el nivel es bien elevado, a pesar de la pobreza creciente de los ciudadanos, ellos, agradecidos al señor, hacen amagos de protestas y después publican estadísticas. Meten en el mismo saco tres kilos de oro y tres gramos de lata. Luego, dividen entre dos.

Ya les digo, para negra, negra, la seguridad social. Ay Comisiones, quién te saludó y quién te reprocha.

Un saludo.

miércoles, 24 de octubre de 2012

LA JUNTA, LA COVACHA


 La covacha. Peor que la caverna platónica. La Junta ha hecho de la covacha su residencia política y social. La covacha. Pobre, oscuro, lúgubre aposento en el que la canallería institucional hace negocios al estilo gaopin. Cueva en la que los sueños de libertad se convierten en pesadillas y donde las ansias de justicia se reparten a mamporros. Caverna inmunda donde moran irresponsables que justifican su legitimidad en la voz de unas urnas previamente desvencijadas. La covacha.

En Ayamonte, en la misma frontera que el Guadiana forma con Portugal, dos menores han sido acusadas de acoso a otra compañera de Instituto. La denuncia ha sido adverada por profesores del centro educativo. Cuatro años interminables de humillaciones y vejaciones ha sufrido la pequeña. Así lo constata la Guardia Civil y lo relata la niña. Ante la luz de la evidencia, la sombra húmeda y letal de la covacha. La Junta dice que nones. Que el acoso, de haberlo, ha sido en la calle y no en el interno del centro docente. Se necesita poca vergüenza para asumir estas declaraciones. La culpa, de la calle. En el Instituto, todo ha sido concordia, buen rollo y buenismo entre las agresoras y su víctima. Ello, pese a la advertencia de miembros del claustro de profesores para que las acosadoras depusiesen su actitud maligna. El señor Fiscal, don José, que va de delegado de la Junta covachera en Huelva, niega que los hechos se desarrollaran en el ámbito educativo y, por supuesto, el señor Zarza, delegado de (mala) educación de esa Junta en Huelva, refrenda la nota oficial emitida por su jefe cavernario. Faltara más.

La denuncia es prístina: dentro y fuera del horario escolar. La Junta es opaca y miserable. En el exterior del recinto escolar. Ni tienen responsabilidad ni muestran un mínimo de gallardía. En la covacha, no hay más sol que el dinero y el lujo de los terratenientes que explotan a las instituciones y manejan los fondos públicos. Lo demás no cuenta para ellos. Nada ni nadie pondrá en entredicho la virginidad de la casa mafiosa. Por más que el himen moral haya sido rasgado millones de veces. EREs, oposiciones manipuladas, enchufes teledirigidos, administración paralela, tupida red clientelar, subvenciones vergonzantes, compras suntuarias inservibles, cocaína a espuertas…, son referencias de un modo de actuar que supera la náusea y se instala en la raya del delito.

La Junta se refugia en su covacha maloliente. Sus dirigentes ponen el ventilador para que el hedor propio inunde las calles. Los fajos de billetes no se agolpan en almacenes chinos pero se recogen por intermediarios que parten y reparten a discreción. Alguien puede decir que esta práctica es común a los gobernantes. Tal vez lo sea, digo, pero no obsta para que quien perpetre estas actuaciones reciba la repulsa más unánime y se someta al castigo penal.

Lo dicho: la Junta no nos secuestra en la caverna platónica. Nos pone al raso para que respiremos los aires purulentos de las maceraciones que realiza en su covacha particular. Mientras tanto, la Inspección educativa, otra que tal, en silencio, no sea que sus integrantes sean devueltos al escenario de la tiza. Y eso sí que no. Antes el confort del despacho sin honra que en el fragor de la pizarra con honor.

Covacha. Covacheros. Pena, penita, pena.

Un saludo.

lunes, 22 de octubre de 2012

MATACURAS

Psicosis. Algunos sujetos destapan el tarro de sus frustraciones sin apercibirse de que su afección cancerígena provoca metástasis social. O mejor, sí se aperciben. El odio que acumulan les degrada la razón pero subliman su voluntad de asesinar.

El sindicato de estudiantes ha movido los resortes y ha llenado el tanque de gasolina del camión de la huelga. La movilización ha necesitado de una intendencia que no se paga con los euros de la paga semanal de papá. Se necesita mucho dinero para acometer esa iniciativa.

Los desharrapados mentales que se han colocado al frente de las manifestaciones callejeras son conscientes del poder mediático de sus protestas. El derecho de huelga ha prevalecido sobre el derecho a la educación. Lo peor no es la prioridad de uno sobre otro. La cuestión radica en que el ejercicio del primero no supone un deterioro del segundo. Si el derecho a la educación es acudir, o no, a las clases, entonces podemos afirmar que el alumnado se ha visto privado de una de sus libertades básicas. Sin embargo, si sopesamos la dimensión de la calidad educativa en estos tres días de paro discente, se comprobará que la educación no se ha resentido en absoluto. Del mismo modo que los recortes en los presupuestos del área educativa no van a reducir un gramo la masa del fracaso escolar.

Es cuestión de análisis. Si la Junta disponía ayer de cien millones de euros para educación y se comía el marrón y el desprestigio de que treinta de cada cien alumnos suspendían curso y abandonaban los estudios, a la vista de que los cien de ayer han adelgazado en los setenta de hoy, el desastre educativo debería ser proporcional al tijeretazo. Y no lo va a ser. Cómo que por qué. Porque siendo importante el dinero en cualquier actividad humana, en épocas de penuria y de restricciones, un buen sistema, sólidamente arquitrabado, descansa en la calidad de los trabajadores y en la cooperación de los administrados. Es el sistema el que falla, acaso porque nunca hubo sistema educativo sino adoctrinamiento político y marketing partidista.

Considero un error gravísimo atribuir a la juventud el estallido de broncas y de asaltos. Sólo son imputables a unos cuantos. Los matacuras. Los rompemuebles. Los asalta-radios. Los que se matriculan para calentar los culos en las aceras soleadas. Los que hablan con palabras de otros  y del antier. He ahí el germen de la mala educación. Esta gente no tiene respeto a nadie ni a nada porque sus padres no han querido/sabido/podido instruirlos en esta virtud, porque los profesores no han tenido recursos para llenar este vacío ético y porque la camarilla política sigue enfangada en la idea de que una sociedad culta es un mundo peligroso.

Los matacuras son la cúspide de una pirámide que se cae de vieja pero que se desmorona por la endeble calidad de sus materiales humanos. Los más gritones y los más faltones. Los que hacen de la no educación su arma de supervivencia. Matacuras.

Un saludo.

domingo, 21 de octubre de 2012

CARABALLO DEBERÍA DIMITIR

El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía ha puesto en su sitio a la cúpula dirigente del PSOE de Huelva. El desgraciado negocio de alquiler del Hotel París se pone de manifiesto tras la sentencia del alto tribunal andaluz. Si no bastaba la resolución de la titular del Juzgado nº 2 de lo Contencioso-Administrativo de esta provincia, el TSJA ha ratificado las irregularidades cometidas por la señora Petronila Guerrero, hoy senadora de España, en la firma del contrato.

Irregularidades protagonizadas por una Administración pública que, lejos de ser garante de sus actos, protagoniza una actuación plagada de ocultaciones y saturada de anomalías. Irregularidades que retratan el perfil golfo y antidemocrático de un organismo provincial más pensado para satisfacer oscuros intereses de partido que para colmar las legítimas aspiraciones cívicas de los administrados.

Siete millones, siete, ha costado al erario provincial la megalomanía de la expresidente de la Diputación. Siete millones de euros. Más de mil millones de pesetas ha tirado la prócer del Psoe a la basura de los despilfarros. Una pasta gansa que no se compadece con las necesidades crecientes de una población sumida en la pobreza más alarmante.

Servidor ha venido clamando, desde el desierto informativo que era el programa "Debates en Antena" que Paco Morán dirigía y presentaba en Canal Sur, por la justicia y por la legalidad. La impunidad en que se creía el partido mangoneante del organismo supramunicipal ha podido hacerse triste realidad de no mediar la demanda interpuesta por el Partido Popular. Instancia feliz que ha de colocarse en el haber de los populares a los que nunca he dejado de fustigar por su minúscula, acomplejada, cuando no errónea, política informativa.

El palacete de la Plaza de las Monjas está cerrado. Las ilegalidades han sido mostradas por la jurisdicción. No basta, sin embargo, con lo conseguido. Es preciso profundizar en las responsabilidades individuales y colectivas. Urge conocer la relación entre el arrendador y la arrendada, del mismo modo que se impone desvelar la conexión entre la prensa subvencionada y el partido ocupante del chalet del Conquero. Los compartimentos no son estancos. Por el contrario, la ósmosis caracteriza el viciado sistema del clientelismo.

En este contexto de antijuridicidad, la resolución judicial devuelve la pelota a la Diputación. Caraballo, sustituto de Petronila, no es ajeno al escándalo. Desde la vicepresidencia que ocupaba, fue cooperador necesario de la política de su superiora. Estamos a la espera de las tretas a seguir por los pactantes del progreso, esto es, del izquierdista de boquilla, señor Sánchez Rufo, y del izquierdoso de bocaza, señor Martín. A la vista de su mala praxis edilicia en Aljaraque y del agujero que han dejado en esa localidad, me malicio que a las argucias del pasado agregarán las malas artes del presente. Y de nuevo, la burra a la noria. Quien ha derrochado seiscientas veces, no deja de hacerlo una más. 

Aunque la pelota ha golpeado en la cocorota a los irresponsables psoecialistas de Huelva, la dureza de su cráneo necesita algo más que un balonazo para que entren en razones. No olvidemos esto. So pena de reiniciar el viacrucis.

Un saludo.

sábado, 20 de octubre de 2012

MANOS MANCHADAS



Las mafias chinas no son cosas de películas de Hollywood. En España se ruedan realitys que no desmerecen el contenido de los telefilmes e incluso superan sus guiones.

El blanqueo de capitales, el contrabando, la evasión fiscal, en la base de estas bandas organizadas. En la llamada “Operación Emperador”, la policía ha detenido a un concejal de Fuenlabrada. Por respeto a su partido, omitiré la adscripción política de este edil. Porque lo preocupante no es su carácter de electo. Lo fundamental es la función que desempeñaba en el consistorio de esta localidad madrileña. El mozo tenía a su cargo el área de seguridad ciudadana.

En manos de quiénes estamos. Quién vigila al supervisor. Cuánto tiempo se ha dispuesto para que esta trama inmunda de delincuencia imponga sus abusos. Los responsables de los cuerpos de seguridad del Estado no pueden permitir la existencia de más sheriffs de Coslada. A dónde vamos a llegar. Qué nos aguarda en el futuro.

Algo muy grave debe estar ocurriendo en medios policiales para que la droga incautada desaparezca de dependencias policiales sin que nadie sea responsable de nada. Las actuaciones delictivas de esta envergadura son imposibles si no median grupos de fuerte implantación territorial y si no cuentan con apoyos internos o, al menos, con pasividades cantadas.

La ciudadanía se encuentra inerme ante tanto desmán y frente a semejantes ataques a su seguridad. Si depositamos la confianza en las manos manchadas de concejales como el del caso,  para qué contribuimos al mantenimiento de las fuerzas que han de protegernos.

Las manos manchadas de los delincuentes pueden esposarse. Lo que resulta más complicado de maniatar son las manos manchadas de los políticos que tienen a su cargo las fuerzas policiales que han de combatir los delitos.

Para concejales como el susodicho, mejor poner en su puesto a delincuentes cualesquiera. Por lo menos, sabremos por dónde se moverán.

Las manos manchadas.

Un saludo.

GÓMEZ SIMPSON.


 Tomás. Secretario General de la sucursal madrileña del Psoe. Látigo de la corrupción y almuédano de la autoridad moral, predica mucho pero trigo, poco. De granito, su cara. Bífida, su lengua política. Es una especie de teleñeco al estilo Goomer Simpson.

Amante del lujo con dinero ajeno, reprueba la austeridad propia. El Partido Socialista, ejem, de Madrid tiene su sede en un edificio de notorio caché en una zona de alto standing, junto a la Gran Vía de la capital, en el conocido Palacio de la Prensa. Como el edificio no es propiedad, el modoso dirigente no tiene empacho en pagar casi diecisiete mil euros al mes por alquilarlo. Alrededor de tres millones de pesetas mensuales. Claro, que viva el lujo y el que lo trujo, dice don Tomás mientras se atusa el tupé y saca brillo a su jersey de cuello alto.

Bueno, mientras los afiliados paguen sus cuotas, allá ellos. Nada de eso. Con las cuotas de los afiliados no pagan ni al portero de la finca. El dinero les llega vía contribuyentes que, prestos, animamos a nuestros amados gobernantes a vivir como reyes en un país cada vez más republicano. Venga ya. Eso, mientras paguen al propietario. Lo peor es que ni abonan las mensualidades ni están en condiciones de hacerlo. Por deber, hasta callarse. A Hacienda y a la Seguridad Social le adeudan un pico. No se preocupen. Nada emprenderán contra el gran señor del poder socialista en Madrid. Si fuera contra un currito cualquiera, ya les diría yo que se encadenaran a lo primero que encuentren porque el lanzamiento es inevitable.

Mientras centenares de miles de españoles sufren el espectro del hambre y millones de conciudadanos padecen la herida del desempleo, en tanto los trabajadores se adaptan a los rigores de la empresa y los funcionarios se someten al recorte de la Administración, el señorito Tomás Goomer Simpson se pavonea en su palacio con techos de pan de oro. El señor Gómez no es de la derecha ni posee empresas, que se sepa, con las que pueda mantener ese tren de vida social. Tomás Gómez es socialista y sociolisto. Los que contribuyen a que este estado de cosas se mantenga en el escándalo permanente son tan responsables como el jefezuelo de la secta que permite la mangancia.

Lo que me admira es que la banca o la propiedad no hayan iniciado ya las acciones legales pertinentes para desalojar a este deudor privilegiado. En qué quedamos. Somos todos iguales menos los tiranillos “goomer” que, de vulgares, reclaman un lugar de excepción en la pirámide de la demagogia política.

Quien te ha visto, Tomás, y quién te ve. Queda por comprobar cómo te veremos. Simpson de carne y hueso.

Un saludo.

jueves, 18 de octubre de 2012

LA VALLA DE MELILLA


 La españolidad de Melilla, como la de Ceuta, se podrá discutir, pero españolas son. Ayer por ayer y hoy por hoy. Algunos confunden la territorialidad con  la juridicidad. Y claro, si no sabemos distinguir, la embajada marroquí en Madrid sería indicativo de que el edificio no pertenece al estado alahuita y que los empleados no poseen la nacionalidad de aquel país. Craso y burdo error.

Melilla es ciudad autónoma de España. Uno de los grandes problemas de ese enclave es su situación en el norte de África. No es el único y, en realidad, más que problema, debiera ser solución. Sin embargo, nuestra posesión en ese continente tiene mucho de peñón y poco de prosperidad mercantil. En vez de erigirse en foco de pujante economía, la crisis va a acabar con ella.

Desde hace muchos años, Melilla vive la inquietud de su frágil perímetro fronterizo. Los asaltos se suceden y las fuerzas de seguridad se ven impotentes para frenar esta escalada. La ciudad es prisionera de su determinismo geográfico y de la indefinición de los distintos gobiernos de España. Se ha de entender el drama de los inmigrantes. Sin embargo, no se puede hacer un negocio de ese drama. Detrás, las mafias que juegan con vidas humanas. Delante, la credibilidad de un país que se complace en señalar la dimensión de su riqueza patrimonial y no se ocupa de conservar la misma en condiciones de digna habitabilidad.

Es la eterna tragedia de España. Quiero pero no puedo. Puedo pero no me atrevo. Ni el mejor Suárez ni el peor Rajoy han convertido aquel apéndice de la nación en el paraíso que ambiciona y que es posible. La economía sufre los embates de la crisis a la que no es ajeno el deterioro de sus malos administradores. No hay proyecto de ciudad ni de futuro. La ampliación de su puerto constituiría una buena noticia. Por el contrario, los intereses partidistas frenan la realización de una obra crucial para su progreso.

La seguridad de la zona se encomienda a la Guardia Civil. Difícil tarea la suya. Encomiable su actividad. No obstante, estallarán voces que clamen contra ella. Su obligación es hacer que la ley sea respetada. Con energía y firmeza. Sin agresividad. Y lo hacen de manera encomiable. A algunos les gustaría que abriesen las puertas de par en par. No será así. Si algo caracteriza a la Benemérita es eso: merecerse su prestigio.

La valla más sólida se llama Guardia Civil. En Melilla y en Reus. No sé si me entienden.

Un saludo.

miércoles, 17 de octubre de 2012

LA NUESTRA


Por razones de actualidad, reescribo el artículo que publiqué en septiembre de 2009.

 Que la Constitución es la Ley Magna de un país democrático, sólo lo discuten los no demócratas, los fascistas, los totalitarios de izquierdas o de derechas, los ignorantes, los perversos, los malintencionados, los belicistas, los añorantes de la Dictadura. Entre otros.

La nuestra es una Constitución avanzada en derechos y libertades, y así se recoge en su artículo uno, el primero, el que abre el texto, el que muestra las intenciones y los propósitos de los legisladores: "España se constituye en un Estado social y democrático de Derecho, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político".

 La nuestra es, además, una Constitución flexible, ambigua incluso, interpretable en algunos conceptos, diáfana y rotunda en otros. Así, en ese mismo artículo explicita sin lugar a dudas que "la soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado". Es importante reseñar este apartado porque no habla de otro pueblo que el español; no del andaluz ni del extremeño ni del castellano ni del balear. El pueblo español.

 Los padres de la Constitución del 78, la nuestra, eran conocedores de la tortuosa historia de la España de los siglos XIX y XX y, desde esta sabiduría, quisieron dejar muy claro que esta Ley Suprema "se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles". Sin por ello omitir ni silenciar ni ocultar que "reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas". Y, precisamente, en base a este reconocimiento, no duda en aseverar: "El castellano es la lengua oficial del Estado. Todos los españoles tienen el deber de conocerla y el derecho a usarla". No resta un ápice de valor ni al catalán ni al gallego ni al euskera ni al bable. Ni un ápice. Simplemente las sitúa en su contexto espacio-territorial.

 El Parlamento español, y el pueblo soberano, apoyaron con una mayoría abrumadora el texto constitucional, el nuestro. Todos conocían, entonces, como se recuerda hoy, las aspiraciones independentistas de algunos ciudadanos. Aspiraciones absolutamente legítimas cuya legalidad sólo será posible en el marco de la Constitución. En su defecto, ni legalidad ni legitimidad, porque la violencia, el terrorismo, la política de hechos consumados, la vía de hecho, el solapamiento de unas leyes de menor rango en otras de más categoría jurídica, la perversión del derecho, etc., son atajos ilícitos, antijurídicos y anticonstitucionales. De estos atajos y de estas aspiraciones éramos conscientes muchos españoles y más todavía los redactores de esta Biblia laica que es una Constitución. Una Constitución. La vigente u otra, pero una Constitución.

En esta consciencia jurídica e histórica, Solé Tura, Gabriel Cisneros, Peces Barbas, por citar a tres de los siete ponentes, no dudaron en redactar un párrafo advertidor en el marco de un artículo muy interior, el 155. ¿Qué dice este artículo? Lo siguiente: "Si una Comunidad Autónoma no cumpliere las obligaciones que la Constitución u otras leyes le impongan, o actuare de forma que atente gravemente al interés general de España, el Gobierno, previo requerimiento al Presidente de la Comunidad Autónoma y, en el caso de no ser atendido, con la aprobación por mayoría absoluta del Senado, podrá adoptar las medidas necesarias para obligar a aquélla al cumplimiento forzoso de dichas obligaciones o para la protección del mencionado interés general".

 ¿Qué le lleva, articulista, a andar con pies de plomo en esta exposición tan larga? Me remito a artículos anteriores. Me remito a mi voluntad de creer, de tener confianza en nuestros gobernantes. Pero los hechos me retrotraen al escepticismo, a la duda cartesiana. ¿En qué sentido? En que el nuevo lehendakari va a ser un nacionalista separador o u independentista filoetarra. En que el futuro president de la Generalitat va a vestir la sotana secesionista de Companys. En que el partido que se dice socialista, obrero y español está zangolotineando a sus anchas a fin de pescar en este río revuelto. En que el Partido Popular no desprende la firmeza y la autoridad exigibles en estas circunstancias.

  A vueltas con las dos caras. Una vez más poner una vela a Dios y otra al demonio. De nuevo, la marcha sobre el filo de la navaja. Se repite la historia del quiero y no puedo. El fantasma del artículo 155 toma posiciones. Atención a los duendes. No se les ve, pero enredan, lían, confunden, traicionan, atentan. Atención.

Un saludo.

LOS SUSTITUTOS


 Mi compañero de firma en HUELVAYA, Jimy Pérez Guerrero, escribe un excelente artículo, “la hora del relevo”, en torno al cambio que se viene operando en el Partido Popular de Huelva. El análisis, sometido al límite del espacio periodístico no editorial, puede ser compartido por servidor. En modo alguno, sin embargo, lo es en su totalidad. Me explicaré.

Cuando Jimy habla de la hora del relevo, yo leo la hora del cambio, de la sustitución. Al fin y al cabo, son términos sinónimos pero la propiedad del lenguaje invita a utilizarlos con elegancia y sosiego. Aunque se atribuye a Santa Teresa, la máxima es de Ignacio de Loyola: “en tiempos de turbación, no hagas mudanza”. La angustia, la frustración, la precipitación y tantas otras pasiones exteriorizables de los humanos reducen el discernimiento y éste resta grados al sentido común.

España atraviesa momentos gravísimos. Así son y no valen eufemismos. Huelva no se sustrae a la triste realidad del Estado. La ciudadanía está hasta el gorro de los políticos. No importa el signo ni la ideología. Hasta la coronilla. La economía y el desempleo son caballos de una batalla que se pierde diariamente. La provincia está sumida en la crisis más importante de los últimos cien años. El PSOE lleva manipulando las costuras del tejido social onubense desde que la democracia se hiciera feliz realidad. El PP lleva todo ese tiempo haciendo cabriolas por el erial de la Huelva abandonada sin que los ciudadanos lleguen a confiar en sus dirigentes. Salvo contadas excepciones, las urnas han negado al centro-derecha el gobierno de la Diputación. No me digan que el camino se ha estrechado, que lo sé. En cambio, les refiero que, pese a las corrupciones del psoecialismo y a las mentiras de la Junta, de la gente de Chaves y de Griñán, de Mario Jiménez y de Caraballo, la mayoría electoral permanece situada en su platillo.

Es posible que malinterprete la canción del señor Pérez Guerrero. No lo descarto. Sin embargo, sí diré, por si acaso, que el gran referente del Partido Popular en Huelva ha sido Pedro Rodríguez. Pedro Rodríguez. Los movimientos cainitas pueden haber menguado pero no han desaparecido. En todo partido, y forma parte de la esencia de lo parcial, los principios de mérito y capacidad, no nos engañemos ni pretendamos embaucar, se subordinan a las exigencias de docilidad contrastada y de silencios cómplices.

Uno ha votado en las últimas legislaturas al PP. En las elecciones generales, como respuesta de castigo a la política nefanda del señor Zapatero y de los suyos. En las autonómicas, más de lo mismo. En las municipales, he ahí la diferencia, con vistas a la inteligencia política del actual alcalde de Huelva. Pedro Rodríguez es responsable del gran éxito del Partido Popular. No sé si ha llegado la hora de ese relevo al que apunta Pérez Guerrero. De lo que estoy convencido es de que, salvo fuerza mayor, la turbación social no aconseja mudar el inquilino. Los experiment  os, con gaseosa.

lunes, 15 de octubre de 2012

TRES EN UNO



Que no digo yo que en el PP no ocurran estas desvergüenzas, que sí, lo que yo digo es el cuento de la buena pipa, que en el PSOE se producen tantas, de manera tan frecuente y con personajes tan redichamente puros, que, la verdad, se lleva la palma en esta mísera carrera de la corrupción.

El austríaco Baumgartner ha pulverizado tres de los cuatro récords que se había propuesto. La prensa del día nos ofrece tres hazañas de canallería financiera realizadas por miembros del mismo partido. Tres en uno.

La primera, en la cúpula. Doña Elena Valenciano, una de las papisas de la iglesia rubalcabiana no sabía, apuesto a que dirá eso si se la inquiere, que la Junta de Andalucía, a través de Invercaria, había concedido tres préstamos, tres, al ex marido de la purísima señora del psoecialismo patrio. En principio, nada reprobable salvo el matiz sin importancia de que no consta que el consejo de administración de la benefactora empresa aprobara los créditos.

La segunda, en el transepto. Don “Pachi” Vázquez, candidato de Pepe Blanco a la Xunta gallega, resulta que, además de haber echado el anzuelo en el caladero del Partido Popular, sin éxito como se constata, es un consumado mago de las desapariciones. Dos de sus empresas privadas han cambiado de nombre, que no de manos, a fin de que su declaración parlamentaria de bienes no pusiera en entredicho su exaltada defensa de la sanidad pública. Pardiez. Esta izquierda no es si no engaña al revés. Lucro privado en lengua pública. Cómo se llama en el argot delictivo a esta golfería.

La tercera, a los pies del templo. La Administración paralela creada por la Junta está en la base del despropósito psoecialista. Millares de empleados enchufados a la ubre de la Autonomía, desplazan a funcionarios e impiden que miles de profesores interinos accedan a los puestos de trabajo que, el año pasado, ocupaban. La consejera de presidencia, como no podía ser de otra manera, alaba, sin sonrojo, el compromiso claro de Griñán con el empleo y con el estado de bienestar.

Son así. Tres en uno. No obstante, si escarbamos, la lista sería de cuatro dígitos. Mejor por partes. Para no asustar al personal.

Un saludo.

domingo, 14 de octubre de 2012

CATALUÑA SÍ ES UN PROBLEMA


Palabra arriba, palabra abajo, el ministro Wert ha puesto el dedo mojado en vinagre dentro de la herida abierta en el costado de España. Introduzca el dedo mojado o seco, o se deje de introducir, la herida está fresca y se expande a lo largo y a lo ancho. Se podrá criticar el tocamiento por intempestivo y humillante. Pues bueno. Se reprochará que se mire la úlcera sangrante. Está bien. Lo que no cabe admitir, bajo ningún concepto, es que se niegue la existencia de la herida. Hay negaciones que llaman al demonio.

La declaración del Príncipe Felipe acerca de que Cataluña no es un problema, equivale a ignorar la abertura en la carne de la nación española. Si se mira a lado distinto y no se limpia la sangre, se desinfecta el lugar, se colocan los apósitos mínimos y se despliega un vendaje adecuado, los responsables de la medicina estatal deberán ser movidos de su posición de privilegio. O se cauteriza el mal o la gangrena será inevitable. Dejemos las cosas en su sitio. La lluvia es un bien que puede provocar notorios males.

Los ciudadanos españoles estamos cansados de paños calientes y de frases hechas a la medida de gente con pocas entendederas. La monarquía española ha participado del bienestar democrático de la España post-franquista. Lo cual no se ha de olvidar ni tampoco ha de considerarse un salvoconducto de legitimidad perpetua. Se administra cada día y cada día se ejerce el oficio de rey o el de príncipe. El Estado, como la familia, pasará por momentos graves, pero el Jefe o el Pater tienen que seguir al frente.

La defensa de un país se lleva a cabo, con o sin razón, al estilo catalanista. No tendrán base legal pero les sobra fortaleza para ello. El pez chico y enclenque se come al grande y robusto porque éste se añusga con los eructos de su cobardía. No puede ser ni estar cuando se abdica del deber. Las cosas se arreglan a base de medidas. Lo de aquel señor que se comió el buey a base de pan, es un chiste.

Estamos cansados de avestruces. Tampoco es lugar de serpientes. Sin embargo, siempre, siempre, es momento de reparar averías, cerrar grietas, consolidar cimientos y buscar soluciones constructivas. Incluso los etarras abren orificios en sus máscaras de odio para ver y no ser vistos. Don Felipe podrá decir que Cataluña no es un problema. Este articulista no le anima a decir que lo es. En absoluto. Lo que sí le invita es a callarse. El intervenir en el debate supone que se ponga de parte de los catalanistas y frente a los que nos alineamos en la unidad constitucional de España.

Don Felipe, don Felipe.

Un saludo.

sábado, 13 de octubre de 2012

EMPARENTAR CON EL FRANQUISMO



 Aunque no tanto como por Julián, su padre, sí tengo en alta consideración intelectual a Javier Marías. Republicanos de pro, padre e hijo se vieron apartados de la España cainita que se rompió en dos antes del estallido de la guerra maldita del treintayséis.

Dicen que los años no pasan en balde. Y tanto. Nos pasan facturas carísimas. Sobre todo si las pasiones en forma de rencores o de olvidos cobardes imponen su talla al acervo cultural y educativo. Javier Marías es un hombre de izquierdas. Acaso no tanto por defender postulados de libertad cuanto por desprenderse de cualquier roce dictatorial. Y si la dictadura señala el rótulo de franquista, la pasión hace rehenes a las neuronas de la objetividad.

Es verdad que Rajoy ha llevado a cabo recortes culturales y educativos en la asignación presupuestaria de su gobierno. Es verdad. De la misma manera que ha metido la tijera en sanidad e incluso en defensa y fomento. No cabe duda de todo esto. Un observador imparcial no utiliza la sinécdoque movido por la coyuntura política, salvo que el contador de experiencias relate las vivencias propias en vez de describir lo que el entorno le ofrece. En ese hoyo ha cavado Javier Marías. Mala cosa. Cuando uno descalifica la política del gobernante, fundamenta su crítica en macizos rocosos y no en picos abruptos. Corre el riesgo de despeñarse por uno de estos últimos por falta de agarre de sus botas a la superficie escarpada y deslizante. Y sobre todo, descuida su capacidad de discernimiento democrático que conduce, salvo en Andalucía, a los cambios electorales.

Javier Marías alinea los recortes económicos en materia de cultura con la censura y la reprobación de la propia cultura. Así hay que entender que, según el gran escritor, busque emparentar al Partido Popular con el franquismo. Tonterías, las justas. Si provienen de una cabeza tan excelente como la suya, habrá que pensar que la sensibilidad de “Todas las almas” discurre con mayor fluidez por la versión cinematográfica de su obra que por el texto original de la misma.

Esa forma de pensar y de decir me disuade de leer "Mala índole" o de releer "Corazón tan blanco". Algunos autores se pierden en el laberinto de sus sentimientos. En cuyo caso, más que enriquecer, introducen a sus lectores en el caos emocional y en la pobreza expresiva. Sobre todo si su talento, despierto y desplegado, no alcanza la categoría de un Kafka universal.

Sigo con gran adhesión su cita de Cervantes. Paciencia y a barajar. Ya vendrán tiempos mejores y las cartas nos resultarán más favorables. Esta alusión al genio cervantino debería servir al grandísimo académico, hijo noble de tan extraordinario padre, para no llevarse al huerto de las desdichas periodísticas las informaciones sesgadas de un tribulete sin tebeo. Ni realiza una labor social ni tiene la gracia del dibujo.

Un saludo.

viernes, 12 de octubre de 2012

IU, UPyD, ES LA GUERRA

Rosa Díez nunca fue santa de mi devoción. Nunca me convenció sobre su conversión  pauliana a los suelos de la verdad angelical. Su transustanciación política provoca océanos de desconfianza. En una palabra, que me fío cero quilates de su palabra de oro. Oro molido.

En este mundo de relativismo, los valores absolutos quedan a expensas de los escaparates festivos. Justicia, solidaridad, respeto, existen pero no son más que en el contexto de la comparativa y de los sujetos que vendan su actualidad. UPyD puede decir lo que quiera sobre su posicionamiento patriótico y se podrá creer o no su mensaje. En el caso de IU, podremos colocar el adoquín de su posición política, pero no tienen ni pajolera masilla de la idea de patria.

En una diatriba entre Rosa Díez y el señor Lara, de entrada me quedo con este último y de salida defiendo las prédicas del sucesor de Anguita. Pero, ojo, no porque comulgue con ellas, que ni de broma, sino porque al menos se le ve venir. A doña Rosa, no. Cuando habla, arenga, tercia o declara, se me aparece el fantasma de la izquierda demagógica que alentó durante años y con la que compartió perdices en el País Vasco.

El diputado Garzón, no confundir con don Baltasar, pertenece al grupo de IU en el Congreso de Diputados. El joven parlamentario se ha dejado caer con unas palabras bien gruesas dirigidas al partido de Díez y tres o cuatro socios más. Como en esta vida nadie acepta sus palabras y reniega de sus actos cuando las primeras producen escándalo y los segundos generan repugnancia, claro está que UPyD niega la acusación  y se apresta a lanzar llamas contra la formación que se dice de izquierdas. Que se dice.

Las descolocaciones de unos y otros son pantallazos. En el disco duro permanecen sus conversaciones privadas, sus encuentros ideológicos y sus abrazos inocentes. Treinta años subida en la peana institucional hacen de doña Rosa una tiranosauria de la política más innoble. Sus cantos de libertad y sus amores a España desafinan y nadie cree. Por su parte, el tambor monocorde y rompetímpanos de Lara destrozan la pretendida verosimilitud de su discurso. Entre unos y otros, la guerra. Los muertos de esa guerra, los españoles. Quiénes si no.

Un saludo.

jueves, 11 de octubre de 2012

ESPAÑOLIZAR, ESPAÑOLEAR

 Nada que ver por más que determinados palmeros se empeñen en  solapar los términos. Nada que ver. Españolean quienes se sienten españoles y elevan, in excelsis deo, el sentimiento a la categoría de gloria. Bueno, ahí está la idea porque es defendida por un grupo. Sin ánimo de hacer prosélitos ni siquiera de vender el producto. Simplemente por la satisfacción de compartir el tesoro nacional.

Españolizar es cosa distinta. Infinitivo que designa una voluntad de volver a la cultura, a la educación y al status de pertenencia a una entidad política, histórica y jurídica que responde al nombre de España. Vuelta a unos orígenes que han sido cubiertos por el limo de la dejadez en los últimos treinta y cinco años. Cuando algo o alguien degenera, se pretende su regeneración. Si ciertos grupos persiguen aniquilar la realidad de España en el marco fascista de sus intenciones secesionistas, es lógico que a esa acción retrógrada se oponga la reacción de resituar las aguas dentro de su cauce. Dentro de su cauce constitucional, que no es moco de pavo.

Las declaraciones de Wert no han sido afortunadas porque han sido proferidas en la nube sociológica que obnubila la mente del ministro. Todos hemos entendido qué quería decir. Los catalanistas de pega han aprovechado los vacíos de este mensaje para arrasar los edificios de la realidad. Estoy convencido de que si hubiera hilado más fino, igual le sacan hebras de su mensaje primoroso. Con todo, al gobierno es exigible la propiedad lingüística y la moderación gestual no predicable de los ciudadanos en general.

Uno puede españolear en ocasiones de felicidad e incluso de euforia. Se mostrará más o menos conforme con los lanzadores de campanas al vuelo. Sin embargo, lo que está fuera de toda duda es la necesidad perentoria de españolizar determinados territorios de este país, de esta nación y de este estado. Si cito a Cataluña, lo hago desde la seguridad de que ese predio necesita una manita de pintura, otra de cerramiento de grietas, una tercera de movimiento de tierras y, en fin, unos trabajos a fondo de limpieza de cloacas. Si no se hace y se permite que el abandono gubernamental conduzca a la subversión de los suelos y techos, no tardaremos en arrepentirnos de esta inopia política y de esta cobardía de algunos.

En Cataluña, desde el seno de la televisión pública, se permiten el lujo de atacar a la primera institución del Estado. Un escritor, nombrado Jair, sic, y apellidado Domínguez, ya saben, hijo de Domingo, tan catalán como Pérez, a fin de hacerse perdonar su ascendencia castellana, lisonjea a los locos del barrio con ataques inmundos a la Corona y con apologías de la violencia, de la destrucción y del crimen. El sujeto sin predicado dispara a las imágenes del rey Juan Carlos o del escritor Sostres por la sencilla razón de que sus planteamientos no coinciden con los suyos. Valiente desgracia de individuo y menuda lacra la de la televisión pública catalana. No son más canallas porque no se entrenan.

Sigamos por la senda del laissez faire, laissez passer, señor Rajoy. Permanezcamos con la cabeza bajo el ala. Total, a quién le importa España. Qué cruz, señores. Y señoras. Qué tau. Un poquito de energía, hombre. No hace falta ser prepotente para ponerse en su sitio.

Un saludo.

miércoles, 10 de octubre de 2012

COHERENCIAS Y ADHERENCIAS


 Muchas cosas aplaudí de la política de Felipe González. Otras tantas desprecié. Entre las que siempre compartí, la idea de una España constitucional en la que la vieja idea socialista del federalismo quedaba aparcada sine die. Pregunten al expresidente andaluz José Rodríguez de la Borbolla sobre la bronca que le echó su amadísimo Alfonso Guerra por pronunciarse sobre este tema. Las adherencias políticas de uno y otro compañeros de gobierno eran, en verdad, la unión física de dos personas que animaban a conquistar el poder y, una vez logrado, se conjuraron para mantenerlo a perpetuidad. La coherencia entre sus ideas y sus acciones brillaron, sin embargo, por su ausencia. Nula conexión entre dicho y hecho.

La coherencia y la verdad son procesos lógicos y éticos estrechamente unidos. Filósofos ha que defienden la tesis de que una proposición es verdadera, formalmente verdadera, cuando es coherente o consecuente con las demás proposiciones del conocimiento. Esta teoría no es aplicable en tecnología ni en política ni en ciencias del hecho porque siendo necesaria la coherencia, se revela más que insuficiente. La coherencia del señor Lenin no se expresa en unidades de verdad ideológica. Se mide en magnitudes de dominación. De la revolución bolchevique de 1917 a la realidad rusa de nueve años después, el impulso revolucionario se había quedado en un manual de teóricos y en una excusa de los hombres y mujeres de una izquierda perdida. Coherencia cero y adherencia toda.

Qué es la verdad, se preguntó Pilatos ante el nazareno. La verdad es adecuar el entendimiento a la cosa. La verdad es el sistema completo y no sus partes. Nos sirve el postulado para las matemáticas y para la lógica pero no es predicable de la física porque un sistema puede ser coherente pero falso. Lleven la aporía a la historia y a la manipulación actualizada de la política de esa historia. Al final de la calle, la coherencia se transforma en adherencia. Yo me adhiero, tú te adhieres, ...

Buda entendía la verdad como realidad. Fuera de ésta, no existe aquélla. La verdad ha de ser sublime en tanto transida de nobleza y de bondad. El sufrimiento es la base de la verdad. Las otras tres verdades pasan por conocer el origen del mismo, su cesación y el camino a seguir para lograr su detención.

Los españoles estamos padeciendo las risas de ayer y las mentiras de sus gobernantes. He ahí la verdad incuestionable. Conocemos el origen del dolor y la necesidad perentoria de acabar con él. Nos falta la cuarta gran verdad: la senda que se ha de recorrer para lograrlo. Mientras buscamos la salida del dédalo, los leninistas bufos y los nacionalistas de la caverna se empecinan en agregar nuevos obstáculos al laberinto de infortunio.

Así, no saldremos. Felipe puede decir trocherías en arameo. Defender la unidad de España mediante calenturas federalistas es el signo inequívoco de que el médico es un matasanos empedernido. Mucha adherencia al asfalto de la buena vida personal y poca coherencia en la lucha por la buena vida de los demás.

Señor González: entre la OTAN y los GAL, su credibilidad anda en números rojos. Como su partido. Como, en definitiva, nuestro país.

Un saludo.

martes, 9 de octubre de 2012

LA CARTERA DE GRIÑÁN Y DE VALDERAS


Hombre, mira que decir a voz en grito que Griñán y Valderas nos roba la cartera. Por favor. Los trabajadores no tenemos cartera. La cartera es del presidente de la incuria y del vicepresidente del denuesto. No hay más “tutía”. A quién se le ocurre, pues, decir en una manifestación lo del maldito parné. La cartera se la roba España a Cataluña. Otra que tal. Entre los sindicatos, los mangantes del alfajor no pueden ser los del CSIF. Con dos narices. He visto una fotografía en la que un sujeto malencarado amenaza, puño cerrado y ademán de lanzarlo violentamente, a un representante del sindicato de funcionarios. Espeluznante.

El tipo bronquista parece un manifestante descontento. Su cabreo no lo ejerce contra los gobernantes del PSOE y de IU. Nada de eso. Sus balas apuntan directamente al rostro de un sindicalista de a pie. Detrás de los incidentes, las dos formaciones predilectas de la izquierda más siniestra que uno ha conocido desde que estudió los movimientos bolcheviques en el seno de la Unión Soviética. Comisiones Obreras y UGT no sólo impulsan movimientos contra la derecha en Madrid. En Sevilla, también. Contra Rajoy. En Barcelona, no se oponen a Mas. Se rebelan contra Rajoy. En San Sebastián, ni contra Patxi López ni contra Urkullu ni, ya se atreverán, contra los de Bildu. Frente anti-Rajoy por todo el territorio español.

Griñán y Valderas nos han robado la cartera. Cualquiera con dos dedos de frente y una lucecita mental de señalización en momentos de apagones, sabe que, en Andalucía, el latrocinio institucional ha sido una práctica continua y consumada en los últimos treinta años. Los seguidores/secuaces de los sindicatos verticalizados por la presión del caviar, de la coca, de los enchufes diversos, de las coimas y de las complicidades fascistas, no tienen  otra cosa que hacer que servir al Polifemo de la cueva de San Telmo. Y a los que cantan el “resistiré” del dúo dinámico, leña al mono que es de goma.

A ver, funcionarios en general, empleados públicos estatutarios, entérense de una vez. Ustedes no tienen cartera. Por consiguiente, Griñán y Valderas no pueden apropiarse de algo de lo que ustedes carecen. La cartera y el carnet, la pasta y la fiambrera, la carne empanada y la tortilla, todo, todo, sólo tiene un dueño y señor. El nombre del agraciado infeliz es José Antonio y su apellido, Griñán. Valderas va de mozo de espadas del infortunado político que se entera de los escándalos en su propia casa por el patio de las viviendas ajenas. En cuanto a Carbonero y Pastrana, los aguerridos activistas de CC.OO y de UGT en Andalucía, van de comparsas en el cortejo de los listos necios.

A los sindicalistas de CSIF, un deseo de pronta recuperación física. En lo sucesivo, una recomendación: antes de buscarse la compañía pancartera de ciertos piqueteros, asegúrense de llevar yelmo y coraza. Y no lo olviden: la cartera es de Griñán y de Valderas.

Un saludo.

lunes, 8 de octubre de 2012

IMPRESENTABLES




Escucho a mis conciudadanos de Huelva defender con acento sañudo la eliminación de la Diputación. Alguno me corregirá y precisará: “la diputación, no, las diputaciones”. Admitiré el matiz pero no variaré ni una coma del mensaje. La diputación. Y si concreto la de Huelva, más fino hilaré mi discurso. La administración psoecialista de este organismo provincial ha sido tan descaradamente vergonzosa que el enojo ciego se dirige contra sus presidentes con intenciones rencorosas y crueles. Pocas veces un político ha instrumentado una institución para ponerla a los pies del partido en vez de convertirla en una fuente de servicio a los ciudadanos. Con todo, la máxima expresión de la ignominia gobernante hay que atribuirla a la actual senadora y recién descabalgada responsable del ente, doña Petronila. El Hotel parís constituye uno de los hitos de la corrupción administrativas en la historia de Huelva. No de la historia democrática, no. De la historia de Huelva.

Desaparecida la señora Guerrero, en buena hora, la escuela de base de sus conmilitones marca de por vida. Las tácticas y las consignas se incrustan a fuego en el cerebro y en el bolsillo de los dirigentes. Todo lo que no se ajuste al mandato proveniente del chalet del Conquero, está condenado al ostracismo del poder. A tal extremo llega la inmundicia, que la propia Cámara de Cuentas de Andalucía, nada sospechosa de plegarse a intereses externos, asegura que la Diputación de Huelva es la “única que ha incumplido la obligación legal” (sic) de rendición de cuentas del año 2010. La única. La de Huelva. Regida, no puede ser de otra forma, por una coalición de intereses benaventinos integrada por el Psoe de Mario Jiménez y por la IU del eje Sánchez Rufo-Valderas. Un ejemplo antidemocrático de opacidad, ilegalidad y subjetividad.  

Pero a fuer de impresentables, el diputado gallego del PP, señor Castelao. Al menos éste ha dimitido. El hasta ahora presidente del Consejo General de la Ciudadanía en el Exterior ha hecho unas declaraciones que ponen de relieve hasta qué punto ciertos políticos llenan de escoria los principios de una sociedad libre e igualitaria. Las leyes, como las mujeres, están para violarlas, ha dicho. Se necesita ser desalmado no ya para expresar en voz alta una barbaridad de tal calibre. Simplemente con pensarlo ya nos muestra el interior cochambroso que le anima. A los mandamases del Pp nacional les ha faltado, una vez más, y van no sé cuántas, reflejo para destituir a este señor que ahora se desdice de lo que efectivamente pronunció y lamenta que se malinterprete unas palabras que, literalmente, salieron de su boca.

Entre este ataque a lo más sagrado y los exabruptos lanzados por un diputado nacional a un juez de la Audiencia, la vida política se mueve en terrenos de suburbano sin metro y los referentes de la ciudadanía se transforman en máquinas de improperios y de marranadas.

Impresentables. Estoy a la espera de que el señor Hernando pida perdón y se vaya con viento fresco. Castelao, mejor tarde que nunca, ya se largó. Caraballo, presidente de la diputación de Huelva, sigue manifestándose a pesar del varapalo de la Cámara de Cuentas. La decadencia de la clase política es, en realidad, el batacazo de una casta de políticos que ensucian el discurrir democrático de nuestra sociedad.

Lo dicho. Impresentables. Desagradables. Sucios.

Un saludo.

CAMPO DE GIBRALTAR


 Si, al cabo de la película, las autonomías pasan a peor vida, amárrense que vienen curvas. Si, al final del trayecto anticonstitucional,  un golpe de estado civil arranca las tripas a nuestra Carta Magna, apriétense los cinturones que el golpe puede ser traumático. Si el aliento secesionista se alimenta con el aire de los enfermos de pusilanimidad malsana, agárrense al salvavidas porque la ola no distingue leyes de ímpetus.

Hoy se ha debido jugar el partido del siglo de esta primera vuelta de la liga del presente curso. Barcelona recibe a Madrid. Cataluña aguarda a Castilla. Independentistas cuentan las horas para que estalle la bronca. El antifútbol prepara sus misiles contra el fútbol. El deporte abandona su aspecto mercantil y se acoge a las enmiendas políticas más bastardas. Millares de ciudadanos confían en el grito de Munch de las gargantas para difundir su mensaje guerracivilista. El Barça ansía ser más que un club y servir de trinchera al odio contra España. Su anhelo puede ser una realidad.

En esta estructura procesal, a falta de cordura y de sensatez en las filas catalanistas, sería de agradecer la compostura y el seny de quienes amando a su patria chica, se alinean con las tesis afectivas de su patria grande. España no es Castilla por mucha que sea la influencia histórica de este territorio. Castilla es España y Cataluña es España. La ferocidad de algunos come de la pasividad de otros. Al desafío de los matones, la respuesta moderada de los ciudadanos de bien. Frente a los ataques a la legalidad, el cauce proporcionado de los cuerpos de policía. En defensa de las libertades que disfrutamos, el uso inteligente de las fuerzas de seguridad.

Entrar al trapo de la corrida, un  error. Las esteladas son tan españolas como las banderas de Cuenca o de Oviedo. Lucirlas es una muestra de patriotismo español. Dejemos que el estadio se llene de enseñas de papel y de paño. Esos símbolos no matan. Las armas, sí. Olvidemos las respuestas a las provocaciones zafias.

No sé quién va a ganar el partido de esta tarde dominical. A mí me gustaría que el Madrid ganase de penalty justo en el último minuto. A uno de mis hijos, que golease el conjunto culé. Ya ven. Cuestión de deseos. Deseos claros. Nada oscuros.

Por cierto, que si alguna vez se modifica la Constitución y se rediseña un  Estado federalista, si la Huelva chiquita que me vio nacer no puede alcanzar la categoría de cantón, como poco, que el Campo de Gibraltar se convierta en territorio fronterizo. Por lo menos, así comprenderemos que Gibraltar tiene actualidad y que los “llanitos” persiguen la prosperidad económica que no tienen  los linenses.

Un saludo.