Lucha
de clases. He ahí el motor de la historia de la humanidad. Según la
tesis, claro es, del marxismo leninismo. La lucha de clases antagónicas
lleva a creer que la violencia es la paridora de la historia. Pues
bueno, que algo pero no todo.
El
leninismo, en su ambición de poder, que lo del proletariado era una
milonga, diseñó una estrategia mágica: negar siempre los hechos cuando
éstos te condenaban. La estrategia nada tenía que ver con ideologías
sino con supervivencia y voluntad de triunfo. Aunque no era nueva, pues
es más antigua que la arcilla, en el siglo XIX prevalece como
instrumento de defensa frente a la burguesía. Su éxito fue tal que, en
nuestros días, el “yo no he sido” forma parte del latiguillo que
subsigue a cualquier imputación.
Acusan
al club de fútbol Barcelona de contratar a una agencia de detectives
para espiar a determinador jugadores. El club nada tiene que ver con
esas prácticas, declara, solemne, el vocero encargado del negociado de
desmentidos, bulos, subvenciones y convolutos a la prensa. Niega la
evidencia de las pruebas porque nadie admite que le han pillado con las
manos en la masa.
Cientos
de estudiantes granadinos acusan a la Junta de no abonarles el importe
de las becas “Erasmus" del curso pasado. La Junta señala al Director
General de Universidades para que rechace la acusación y proclame en voz
alta que todo ha sido pagado y bien pagado. A ver quién se cree que
Griñán va a admitir cualquier responsabilidad en temas que debiliten su
ya escocida credibilidad.
Bárcenas
y Urdangarín desmienten categóricamente cualquier actividad ilícita
relacionada con sus personas. Todo es falso, aseguran. La gente, que es
muy mala, murmuradora y envidiosa. Si hasta el mismísimo asesino de la
niña Mari Luz pide el indulto, qué más pruebas se necesita para
corroborar la tesis del leninismo patrio. Rubalcaba se sube a las
paredes cuando alguien le relaciona con el faisán etarra o con los
espionajes a gogó.
La
Inspección de Educación tilda de mentira indecente el que la propia
Delegación conceda el Graduado a un estudiante con un montón de
suspensos. Los profesores falsean la realidad, dicen los políticos de la
vergüenza educativa. Y el alcalde psoecialista de Ayamonte arremete
contra determinado sindicalista de la Policía que se refiere a la
concesión de licencia de apertura de un club de señoritas en la frontera
portuguesa.
Negamos
a nuestra madre y a nuestros hijos si las piedras que arrastra el
torrente amenazan con llevarse el cordón de nuestros zapatos. El
leninismo ha hecho furor como oda a la inocencia de los más golfos. El
honor. Qué es el honor. Vamos.
Un saludo.