Corona
de laurel. El ganador del campeonato de verdades políticas ha sido el
Partido Popular. La derrota ha disgustado al PSOE. No tanto el perder
como el que se desvelen sus mentiras. La moral como principio de los
comportamientos, es desconocida a los dirigentes de esa formación
políticamente deforme. Aseguraban Zapatero y Rubalcaba que el déficit
público de nuestro país se situaba entre el seis y el siete por ciento.
Señalaban con certeza este dato a fin de colar un nuevo embuste en la
herencia maldita que dejaron a los españoles. A los españoles. No a
Rajoy o al Gobierno salido de las urnas. A los ciudadanos. Siembra dudas
y cosecharás sospechas. Artífices de lo endemoniado, la cúpula
psoecialista cargaba sobre las espaldas de los populares el plúmbeo
lastre de la deuda. Que apechuguen, se conjuraban en la maquinación, a
sabiendas de que los paganos seríamos los españolitos de a pie.
Sin
embargo, Rajoy ha andado listo. Para salir del atolladero, nada mejor
que ponerse en marcha. Que arbitre la Unión Europea, que para eso está. Y
en esta función, el Eurostat, la oficina estadística comunitaria. El
Eurostat ha certificado. Posee atribución para ello. Incluso fe pública.
Ha certificado que el Psoe miente. Que España se desvió, durante el
desgobierno de Zapatero, 2,5 puntos del objetivo pactado con la UE. El
déficit alcanzó el 8,5%. Tenía razón el PP. Toda la razón.
De
ahí los recortes. Nada de reformas. Recortes duros. Satisfecha la
posición del Gobierno de Mariano, la Oposición de Alfredo discurre por
los vericuetos de siempre. Regate a la realidad y cambio de las reglas
de juego conforme se malicien la victoria del adversario. Elena
Valenciano, que pasa por la Pepe Blanco de Rubalcaba, tiene en común con
el gallego el filo cortante de su lengua viperina. Como ha sido pillada
en pelota picada, disimula su desnudez haciendo un llamado a la
discordia callejera. A defenderse toca, anuncia implacable. Los peperos
están empobreciendo a España con su política de manostijeras. A las
barricadas, arenga la portacoz del partido golferas que ha visitado
puticlubs, que se ha atiborrado de coca, que ha metido la mano en la
caja y que ha arruinado al país. Certificado.
En
tanto el Consejo de Ministros actúa como la hormiguita, infatigable e
inasequible al desaliento, la cigarra eleva el tono de su monótona y
cansina canción: la de no dar un palo al agua y apalear a quienes
desfallecen por sacarnos de la recesión. Como por las buenas no pueden
porque no saben ni quieren, por las malas. La hostilidad traspasa las
fronteras del Parlamento y la instalan en las plazas y parques de la
ciudad. Movilizar a los desinformados y a los expertos en embaucar a la
opinión pública, para que toda España se convierta en un gigantesco
manifestódromo.
Sin
embargo, se pongan como se pongan, embarullen lo que les venga en gana,
queda certificado que el déficit del ocho y medio nos lo legaron ellos.
Tramposos de la palabra y tahúres de los números. Certificado queda.
Un saludo.
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