Alguien
ha dejado en mi buzón de correo una lista de políticos del Psoe de
Sevilla. Más de cincuenta. Alcaldes y exalcaldes, concejales y
exconcejales, miembros de la ejecutiva y candidatos a lo que sea. Todos
ellos chupan de la teta pública de la tata oficial. Enchufados. Atraídos
a la ubre por los contratos de libérrima designación.
Iridiscente,
que diría el Forges simpático de antes de su conversión al capital sin
riesgo/país. Millones de euros desparramados cada año en las heredades
hambrientas de estos canallas. En Sevilla. En Huelva o en Almería, ni se
cuentan.
Millones
de personas no pueden trabajar, aunque quieran. Mientras tanto, los
mencionados no quieren trabajar pudiendo hacerlo y, a cambio, de su
obediencia ciega, la bacalá. Esta Andalucía que ahora se viste de
nazarena, que gimotea al compás de tambores y trompetas, que implora a
sus cristos y a sus vírgenes, y que escenifica la pasión de su dios,
esta Andalucía flagela a los pobres y venera a los ricos.
La
extrema pobreza se une a la desvergüenza extrema a través del vaso
comunicante de la hipocresía. Dónde el socialismo de base. Dónde la
autoridad socialista. Puaf.
Un saludo.
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