Un
humedal es un hábitat que se inunda temporalmente porque la capa
freática aflora en la superficie o en suelos poco permeables. Como
ecosistema que es, el humedal sustenta su importancia en los procesos
hidrológicos y ecológicos que en él se desarrollan, pero también en los
ciclos de la materia y en la calidad del agua. Ojú, qué rollo,
articulista. Qué puedo hacer si no me dan para más las meninges en días
como el de hoy.
El
caso es que el ayuntamiento almeriense de Vera está cabreado y puesto
al sol. Durante meses había dado la coña marinera a la Junta de
Andalucía para que, a la mayor urgencia, limpiaran el río Antas. Si no
quieres arroz, dos tazas. La Junta sigue pendiente de tapar sus
vergüenzas financieras y políticas y no está a lo que debe. Que hay que
estudiar ese humedal, contestaron los diligentes jefecillos de las
miserias propia y ajena. Que hay que estudiarlo porque las tortugas
bobas y otras especies a proteger no pueden sobrevivir un par de semanas
si no se investiga a fondo. Y claro, el río dijo ya basta y se
desbordó. Los bobos de la Junta forman un pelotón de ineptos y los
bobitos de Vera creyeron que la Junta se hallaba en condiciones
psicofísicas para atender sus demandas de socorro. Miren, o a esta gente
que nos desgobierna se la pone entre la espada y la pared o, ténganlo
por cierto, sólo ocupan su mente en polvos blancos y en dineros negros.
Después
del descuido del humedal, aparece el lodazal. El barrizal y la ciénaga.
Muertos y heridos. Gravísimos daños materiales. Economía destrozada. Es
que. Los “esques” constituyen parte del patrimonio de las excusas
asesinas de las instituciones. Siguen a los “mascas”, los más cazurros
representantes de una clase política y funcionarial que hacen del
“vuelva usted mañana” el estandarte de una administración pública
sometida a los jerifaltes de turno. La Agencia –una Agencia griñanista
tenía que ser- del Agua se ha llenado de lodo con la respuesta: es que
tenían previsto acometer trabajos con la finalidad de mejorar las
condiciones de evacuación de este espacio público.
A
partir del desastre, van a estudiar la forma de programar otro con la
mayor prontitud. El que iba a ser un Lugar de Interés Comunitario es una
realidad oscura, negra, tenebrosa. A la hora de priorizar, los
irresponsables de la Consejería optaron por el “rien faire”, que
comportaba el estudio del hábitat a un plazo indefinido, en vez de
prever que la tragedia no sólo era posible sino que se anunciaba
inminente. Pero qué más da a estos señores, y señoras, de la Junta que
el río se desborde. Qué les importa el destrozo. Se limpia y para
adelante, que siempre hay más. Los puntos de riesgo por inundaciones en
el Levante andaluz son muchos. Hay para todos. Si la gente de Mojácar,
Carboneras y otras localidades no se movilizan desde ya, seguiremos
contando defunciones y daños. La prensa se hará eco de los sucesos y la
Junta mantendrá en sus puestos a los gañanes que se tocaron sus partes.
Humedales, sí. Lodazales, no. Barro en el alma de algunos/as.
Un saludo.
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