A
campo traviesa. No crean que me refiero a quien dice o hace trocherías,
que el diccionario de la real academia ni siquiera contempla. La trocha
es el camino que se abre entre la maleza para llegar antes por la ruta
más corta. El atajo es la trocha.
La
Izquierda plural es la trocha política. Como el éxito ciudadano le es
esquivo, la izquierda plural busca en la calle amenazante el
protagonismo que la urna les niega. En vez de ponerse al lado de los más
desfavorecidos, se colocan junto a los más violentos y desesperados.
Violencia y desesperación que parte de su propia naturaleza belicosa y
que encuentra, en la crisis maligna, la coartada para dar rienda suelta a
sus frustraciones y represiones.
La
izquierda plural se va a manifestar junto a los que persiguen, de
nuevo, rodear el Congreso de los Diputados. Los políticos de este grupo
actúan como el escorpión, que, en el círculo de fuego de su impiedad, se
clavan el aguijón en la soberanía de la institución a la que dicen
representar. No es posible una cochambre mayor que apostatar del voto
electoral para entrar en la iglesia del oportunismo mediático.
La
trocha de los trochos. La trochería de los incapaces. La sinrazón del
radical sin causa. Si quieren rodear el Congreso, presenten su dimisión y
pidan perdón a su electorado por no defender la democracia legal que
prometieron. Otros vendrán de su partido político que, con gusto,
ocuparan sus escaños. Lo que es inadmisible es que estos señores se
arroguen el don de la ubicuidad inmoral que supone ser una cosa y, al
tiempo, la contraria. Si quieres rodear al Congreso, fuera de la Cámara.
Poner una vela al dios del pueblo y otra al demonio de los indignados
de turno, es propio de majaderos y/o de inmorales.
Estos
políticos que se dicen de izquierdas suelen tener la cara más dura y el
perfil más difuminado que los que se alinean en posiciones de derecha.
No digo que sean más golfos. Simplemente que uno sabe a qué atenerse con
éstos y desconoce por dónde te la van a clavar los tahúres de la dizque
izquierda.
Con
este tipo de gente, mucho cuidado. Son como el Bruto que asesinó a tito
César y luego reciben el pésame por la muerte del pariente. Mucho ojo.
Un saludo.
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