Desde
que la democracia comenzó a gatear, la gente del Psoe manosea la
política de enseñanza en Andalucía. Allá donde ciertos politicastros
ponen sus garras, la res publica se va al carallo. La ristra de
enchufados que acompañan el cortejo del elegido de turno, se hacen con
las riendas de la máquina de hacer dinero, de la fábrica de repartir
influencias, y del control del intestino grueso por donde se ciscan en
las leyes. Mira que son malos y malvados. Cuando el gran Rousseau
escribió aquello de que el hombre es bueno por naturaleza y que sólo se
malea cuando entra en contacto con la sociedad, parecía conocer la
calaña humana de estos satélites de la Junta.
La
existencia del fracaso escolar en nuestra Autonomía no es asunto baladí
ni admite bromas. El sistema de aprendizaje es una perversión
gravísima. Los alumnos de Primaria acceden con fortísimas carencias
cognoscitivas a Secundaria que nunca van a rellenar. El desierto de
conocimientos, de procedimientos y de actitudes extenderá sus infértiles
arenas a lo que debiera ser el oasis universitario. De ahí que el
vergel de la educación superior no sea sino un huertecillo con dos o
tres invernaderos de andar por casa.
En
el summum de la majadería de estos derrochadores de la Consejería de
Educación, halla su asiento el llamado Plan de Calidad y Mejora
inventado por el titular de la Cosa Suya para vendernos la burra de que
los resultados escolares iban a alcanzar cotas lunáticas. Aunque fuera a
costa de meter dinero en las exiguas nóminas del profesorado. Una
especie de soborno a base de incentivos.
Cinco
años después del engendro, doña Moreno, Mar, va a suspender el
programita. Dos tiros al corazón del monstruo, y liquidado el artificio.
La gente de CC.OO, UGT y ANPE, que cooperaron en la operación de
cirugía estética, nunca admitieron la desfiguración del rostro. Menos
mal que entre CSIF, USTEA y APIA dieron lecciones de responsabilidad y
no se sumaron a la canallada discriminatoria. Los profesores que, a
cambio de pasta, se agregaron al Plan, fueron ovacionados por los
abarrotados tendidos de la plaza de toros de la Junta. Por el contrario,
los docentes que, en un alarde de dignidad, renunciaron al dinero fácil
que se les concedía a cambio de unos retoques de maquillaje aquí, allá y
acullá, sufrieron los vituperios de la casta “progre” y “pureta” que
disfruta de carnet gratis en los espectáculos de la Consejería.
Así
estamos. Así están. Como sólo hay dinero para EREs, Invercarias, coches
oficiales, dietas multiusos, asesores todoterreno, administraciones
paralelas, fundaciones de pacotilla y empresas públicas de dos por uno,
los profesores que se apuntaron al concurso de arrastrados tendrán que
seguir en la tarea sin recibir ni una moneda de cincuenta céntimos. Y
mientras, los sindicatos del cachondeo se buscan una negociación a fin
de encontrar una salida airosa que les permita exponerse en la calle sin
que nadie examine el volumen de sus bolsillos.
Lo que se han llevado entre unos y otros. Calidad, por favor. Planes, ni de regadío. Como mucho, de ligues o de trinques.
Un saludo.
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