No
me lo creo ni borracho. Y en mi vida, que recuerde, he estado ebrio. La
Junta podrá cambiar el sentido, pero rectificar es infinitivo de
sabios. En el rancho salvaje de Griñán and CIA., el desbrave, sí. El
recorrido legal, no. La ley del oeste es yo hago lo que quiero y tú
haces lo que me dé la gana.
Ha
tenido que ser el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, en su
sede de Granada, el que ha dictado sentencia capaz de tirar por los
suelos a la vaca indómita. Por una vez y sin que sirva de precedente, la
señora consejera de las presidencia griñanista se ha dado de bruces con
la realidad de sus cachondeos. La Sala de lo Contencioso ha declarado
nula la rebaremación de un concurso de méritos para funcionarios. La
política, con el visto bueno del gabinete jurídico, se ha envainado la
espada de la arbitrariedad en la funda de la ley y de la jurisprudencia.
Si
nos atenemos a la miríada de desmanes cometidos por la cosa
administrativa de la desorganización juntera, queda por restañar
millones de heridas infligidas a los funcionarios, a los administrados y
al sursum corda. Por una venda que ponen, son capaces de reescribir la
historia de la barbaridad con la tinta roja de los afectados y, luego,
dirigir el índice acusador hacia el partido de la derecha.
Por
ello, me ratifico: que la Junta rectifique es algo más que un milagro.
Un cañonazo que apunta hacia el estómago del PP. A fin de que, aparte de
daño, cause dolor inmerecido. Y con la bala disparada, se hacen los
malhadados, tirabuzones. Son así. Sabios de maldad.
Un saludo.
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