Carece
de gracia pero me sirve. El caso Santiago Cervera es un índice de la
imparable caída de la bolsa política. Han perdido el crédito y siguen
afanados en el préstamo. Presumo la inocencia del diputado del PP. Sin
embargo, las campanas de culpabilidad atruenan la noche y no dejan
dormir.
Cervera
y Asiáin son viejos colegas de oficio en navarra. De la derecha más
rancia el primero y de la izquierda más adinerada el segundo. Un
chantaje en grado de tentativa vuelve a ponerles contra las cuerdas. El
popular recogió un sobre sin otra documentación que un fajo de billetes.
El psoecialista se ha beneficiado de la confusión, o no, del otro.
Listo éste, jilitonto aquél. Entrambos, el pastizal de Caja Navarra. La
politización de las cajas de ahorro arroja cadáveres irreconocibles. Las
fusiones y absorciones de entidades bancarias se cobran nuevas
víctimas.
No
me explico lo que ha pasado. Sólo expongo conjeturas. Si la Guardia
Civil no hubiese estado alertada, Cervera podría haberse quedado con el
contenido del convoluto al más puro estilo Brunner. O haber denunciado.
En cualquier caso, tarde y mal. La lógica se revuelve contra él y se
pone del lado de su oponente. No obstante, la fuerza de los hechos puede
provocar un giro copernicano al estado aparente de la cuestión. El
encausamiento del diputado del PP obliga a abrir nuevas vías de
investigación. Si era cierto el trinque en la entidad que presidía
Asiáin. Si de verdad el fraude era tan generalizado. Si la ruina cajista
hunde sus raíces en la financiación de los partidos. Y por estos hilos,
hasta los ovillos.
Entre
bambalinas, las marionetas del equipo de Cospedal. Tantos silencios en
el caso Bárcenas y tan clamorosos gritos en el asunto Cervera. Férrea
voluntad de asirse al escaño de la inmunidad parlamentaria en el costado
de Pepiño Blanco y acelerada decisión de renunciar al mismo en la
frente de Santiago. Para mí que detrás del escándalo no existe un
tinglado de financiación del PP. De ahí la prontitud de reflejos de la
gente de Génova. Uno se malicia que lo de Santiago es un ejemplo típico
de la curiosidad malsana que mató al gato. En cualquier caso, el señor
Cervera fue detenido, pese a ser diputado. Lo cual es señal inequívoca
que fue sorprendido en flagrante delito. Si no de qué. Su condición de
aforado le hubiera ahorrado tan amargo trago.
Es
importante que la policía investigue a fondo. Si Cervera ha delinquido,
duro con él. Si las pesquisas conducen a túneles más profundos,
ábranse. Es fundamental que frenemos la gigantesca ola de corrupción que
se cierne sobre los políticos. En el caso presente, me vuelvo al
título: Santiago y Cervera España. Para que nadie se escape de sus
responsabilidades. Nadie.
Un saludo.
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