Ay
los clanes. Ay las mafias. Ay las bandas. Ay las castas. Y si son
políticas, los ayes llegan al cielo y a la tierra. La cleptocracia se ha
enquistado en determinados grupos de influencia. Se mueven entre
salones nobiliarios, despachos de oligarquías varias, oficinas
institucionales, mordidas de diversa dentadura y coimas de mano
automática de “abrecierra”.
Leo
en algunos medios que la familia Pujol, paladín del catalanismo más
interesado, es dueña de una fortuna en algún país europeo famoso por su
potencia bancaria y su paradisíaca forma de depositar ahorros legales o
ilegales. Dicen que los nepotes de don Jordi, el ariete de Banca
Catalana, han acumulado una fortuna inmensa que, al parecer, tiene mucho
que ver con la actividad política desplegada por el patriarca del
colectivo, por sus descendientes y retoños así como por, eso se comenta,
afines ideológicos de tanta caracterización como el señor Mas. Así lo
ha publicado El Mundo a partir de un informe de la Unidad de
Delincuencia Económica y Fiscal de la Policía. Una trama de empresas
oculta el ovillo y la madeja del escandalazo.
Detrás
de los hechos y de los autores, Convergencia Democrática de Cataluña,
la C que corona la coalición con Unión (CiU). Qué vergüenza. En medio de
las huelgas sindicales, en el fragor de la batalla secesionista, entre
las bambalinas del Palau o entre las declaraciones independentistas, el
latrocinio político-familiar ponía sus huevos. Excavaban agujeros
oscuros en el que los dragones de Komodo escondían a sus cachorros. Toma
ya. Mucho ondear la estelada y, en tanto la gente se distrae con
performances de esta laya, los amigos de lo ajeno se llevan las ramblas y
hasta el Tibidabo en nombre de la Sagrada Familia de Gaudí, digo de
Pujol/Mas.
El
derecho a decidir es una maniobra de distracción para que el generalato
que okupa la Generalitat se apropie el derecho a mangonear. Los
soldaditos/ciudadanos se baten el cobre en las trincheras de modo que
los grandes jefes de la tropa se dan la vida padre. El valor de las
elecciones del próximo domingo medirán la estupidez de muchos votantes
que han picado el señuelo del soberanismo para que los pescadores se
lleven calentito el dinero a sus bancos preferidos.
Y
digo yo. Si la información fuera falsa, por qué Artur Mas no ha
emprendido acciones de defensa de su honorable persona. Acaso tema que
la exceptio veritatis le parta los riñones por muy forrados que los
tenga. Si todo es un montaje contra Pujol y Mas, la querella oportuna
pondría en su sitio a los difamadores. Si, en realidad, estos señoritos
catalanistas no tienen un euro en cuentas opacas, debieran encargar a
sus letrados la interposición de un chorro de demandas. Me da la
impresión de que no se atreven. Que las narices que se jactan de tener
se hallan taponadas por efecto de la amplitud térmica. No pueden
respirar y no existe inhalador capaz de vaciar los conductos nasales.
Demasiada pasta para tan estrecho apéndice.
Una
cosa es ser ladrón, que puede tener su justificación, y otra
cleptócrata. Para mí que los abanderados de la facciosa burguesía
catalana tienen más de esto que de aquello. Esperemos acontecimientos en
forma de pruebas y de resoluciones judiciales. Los jueces españoles
destinados en Cataluña disponen de una oportunidad única para demostrar
que no están sometidos al imperio del clan convergente. A ver si nos dan
un ejemplo.
Un saludo.
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