Nido que
estos animales construyen en una viga o bien, como ocurre en la
mayoría de las especies tropicales, en el suelo. Los hay gigantes. Se
encuentran en África y en Oceanía y pueden llegar a medir hasta seis
metros. Por su grandiosidad, se les denomina nidos catedral.
En
España, más concretamente en Andalucía, ha debido surgir una especie
nueva de estos animales. Concretamente en Marinaleda, la patria chica
del señor Sánchez Gordillo. Toda una plaga comedora de papel y madera.
Los
malpensados achacan al alcalde y parlamentario el cultivo de estos
bichitos. No me lo creo. Sin embargo, a fe que le han prestado un
impagable servicio. Resulta que estos insectos han devorado el soporte
papel de los autos que, por presunta prevaricación, se venían siguiendo
contra el edil sevillano.
Lo
curioso es que estos isópteros son selectivos. Lo mismo se comen los
archivos del consistorio incluyendo licencias de obra, proyectos de
edificación o autorizaciones para construir, que se fagocitan los
expedientes del juzgado de Estepa. Más llamativa la actuación si se
tiene en cuenta que la existencia de las termitas no era una simple
amenaza, sino toda una realidad desde años antes. Y sin embargo, ni
plaguicidas ni acciones de desinsectación. Para qué.
La
empresa privada puede encontrar más futuro en los campos de termitas
que en la industria de la miel. A este paso, los chorizos que en el
mundo son pueden verse libres por la acción exterminadora de los
susodichos animales.Es cuestión de crianza.
Animales las termitas. Bestias, las personas. Algunas más que otras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario