El
oficio de político encuentra en el sillón del parlamentario uno de los
grandes chollos y chanchullos de la actividad. Una legislatura de cuatro
años es todo un regalo para un montón de paniaguados de los partidos.
Vivir a la sombra del poder instituido constituye toda una inversión de
futuro. A qué estudiar o a qué emprender si el silencio dócil y la
obediencia muda son autopistas hacia el éxito.
La
decisión legal de la señora Cospedal de suprimir los sueldos
establecidos para los diputados del Parlamento castellano-manchego,
traslada el foco de atención hacia esta realidad que se apunta. Muchos
de los diputados autonómicos y nacionales, incluidos los senadores,
carecen de oficio y de beneficio más allá de las inyecciones que le
reporta su organización merced a su caché electoral. Y como las cosas
son como son, estos padres de las patrias han de volver a sus antiguos
oficios o registrarse en las listas del paro si quieren seguir viviendo
de la política o al margen de ella.
La
polémica, aparte de la señalada, es la relación entre trabajo y sueldo
Los diputados tienen trabajo que realizar. Por tanto, a hacerlo. Y si no
lo tienen, por qué ponen la mano para recibir un salario inmerecido.
Cuando se mete el bisturí en la herida abierta, los gusanos dejan ver un
espectáculo horrible. La vaciedad de la función y el descaro de los
personajes. La gente se pregunta cuántos diputados son necesarios para
llevar adelante las tareas y cuántos son meros comparsas de un sistema
corrupto que desprestigia a la democracia.
Si
la determinación llevada a cabo en Castilla-La Mancha se extiende a
Andalucía, qué pasará con los mariojiménez y otros artistas de la
política desde la más tierna adolescencia. A qué dedicarán sus furias
personales.
La
maquinaria de los parlamentos autonómicos chirría como un carro de
ejes desengrasados. A la molestia del ruido se une la inutilidad del
vehículo. Y a pesar de las deficiencias, cientos y cientos de listos, de
derechas y de izquierdas, han vivido a cuerpo de rey a cuenta de los
impuestos de los ciudadanos. Todo un despelote.
Ojalá
que la medida, certera, se aplique en todas las regiones y que los
desahogados que han vivido del cuento dediquen sus esfuerzos a trabajar
con el sudor de su frente para vivir con la honorabilidad de los
obreros.
Un saludo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario