Jugraju
es el nuevo concepto acuñado para designar la justicia gratuita de la
Junta de Andalucía. La Real Academia no lo hace suyo pero todo llegará.
Como el gallardonazo. Todo el mundo pone leños sobre la rueda de la ley.
Algunos me dirán que los más perjudicados son los ciudadanos. A lo que
asentiré. Siempre y cuando se distinga, entre ellos, a los abogados y a
los procuradores. Ciudadanos de segunda fila que prestan sus servicios
para que un año de éstos se les abone.
El
consejero De Llera calla. Qué puede replicar ante la altísima deuda que
su Gobierno tiene contraída con los letrados. Más de veinticinco
millones de euros. Que cuándo se saldará, eso entra de lleno en el mundo
mágico de Griñán Potter. Si no tienen para papel higiénico en las
escuelas, ya mismito van a consignar esa cantidad en los colegios de
abogados. Los abogados andaluces llevan un año completo sin percibir
dinero alguno en concepto de turno de oficio. Así se puede hablar de
asistencia jurídica gratuita. Con personal esclavo, Roma extendió su
imperio por todos los confines. Y sin embargo, el consejero de justicia
cobra cada mes de una manera puntual. No podía ser de otra forma.
Y
digo yo que hasta cuándo. Más de ocho mil profesionales son víctimas
del impago de la Junta. Si un día no lejano, las directivas de los
colegios de abogados se deciden a emprender medidas de presión, entonces
el colapso judicial precederá al estallido constitucional.
Hay
gente que no se entera de que la justicia es la columna vertebral de
una democracia y de un Estado de derecho. No se quiere enterar porque
vive mejor en una sociedad invertebrada donde los gusanos están por
encima de los mamíferos.
Lo dicho: jugraju.
Un saludo.
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