El
nombramiento de Rodrigo Rato como asesor de no sé cuánto en la empresa
que preside Alierta, me resulta repugnante. Hay gente que cava su propia
fosa sin necesidad de picos y palas ajenos. Uno entra en un "embolao"
judicial y otro, alardeando de poder, abre otro dédalo social. Como para
creer en la honradez de los políticos si desde la cúpula permiten
acciones tan infames como la presente.
La
endogamia es un mal se mire como se mire. Lo fue, y lo es,en las testas
coronadas. Lo fue, y lo es, en las aristocracias más rancias. Y lo fue,
y lo es, entre las burguesías más acomodadas. La élite del poder y del
dinero hace fluir sus corrientes de influencia con el mismo caudal de
antaño. Y con idéntica falta de escrúpulos.
Cuando
el incendio del desempleo deja en cenizas los hogares de millones de
españoles, el Gobierno calla, y otorga, ante este hecho vergonzante. Si
el propio Rato carece de coraje para rechazar la prebenda, Rajoy debe
inmiscuirse en la decisión. Puede y debe. Salvo, claro está, que admita
que la igualdad sea una fórmula retórica en el texto constitucional y
rechace su verdadera dimensión de derecho fundamental que adjetiva las
demás libertades. En cuyo caso, que lo diga. Y si hace del silencio su
arma, considéresele cómplice del aliertazo.
Un
poco de respeto. Sólo se pide que el nepotismo adelgace sus
prestaciones indecentes. Que al pueblo, que compra móviles y paga
llamadas y mensajes, se le conceda un poco de opinión. Que uno está
harto de denunciar maldades institucionales y la presente se inserta en
este ámbito por más que algunos quieran meter el toro en el callejón de
la privada. Rajoy debe intervenir. Aunque sea para desechar dimes y
diretes de la ciudadanía acerca de que, al fin y al cabo, fue compañero
del encartado en el gabinete de Aznar.
Lo
dicho. Leyendo estas noticias, servidor ha pasado un Rato detestable.
Al menos, puedo escupir un poco de bilis expeliendo estas líneas. Si la
enfermedad quiere apoderarse de mí, que sea a través del somas y no del
psiqué. El hedor insostenible se respira o se acaba tragando. Las
consecuencias se pagan.
Un saludo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario