Todo
un cornetín para la diana. Andalucía anda tan mal que renquea a ojos
vista. Ni con muletas se sostiene. Tanta coña marinera que dieron con la
educación, la calidad y sus malditas peroratas demagógicas y ahí
estamos. Lo último de lo último.
Si
sus hijos o nietos quieren trabajar con ordenadores en las escuelas,
que los lleven de casa. En caso contrario, al papel y lápiz y a la tiza y
pizarra. Demasiado derroche el perpetrado por los señores del
chavesismo y del griñanato. Mucho cachondeo se han traído estos
politiquillos de albaricoque.
Ahora
resulta que en ciertos colegios, o los padres aportan el papel
higiénico o ya saben a qué se arriesgan cuando los muchachos necesiten
visitar a Roca. Benditos progenitores. Sortean al guerrero cruel del
desempleo y se enfrentan a la penuria institucional provocada por la
corrupción de los expedientes y de otras lindezas del estilo.
Mientras
tanto, la Junta se pavonea de que la cosa tiene arreglo. La caridad por
encima de la justicia. La telesur del Psoe proclama las bondades de la
solidaridad entre los ciudadanos como en los tiempos franquistas de
Maricastaña cuando el régimen, aislado, no podía satisfacer las
necesidades más elementales de los españoles. A mayor abundamiento de
caridad, las dosis de injusticia se multiplican por mil.
Es
la última generación de las nuevas tecnologías. La pizarra, el borrador
y la palmeta. Yo les digo que esta gente del gobierno andaluz no tiene
menos vergüenza porque, total, no temen a sus competidores en esta
materia.
Un saludo.
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